miércoles, 21 de mayo de 2014

COLEGIO MEXICANO DE PSICOTERAPIA, COPSI:

COLEGIO MEXICANO DE PSICOTERAPIA, COPSI:
El Concepto del Tiempo en la Psicoterapia: en busca del Kairos
Mtra. Laura Franco Scherer

“Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa que se hace debajo del sol…” Eclesiastés

¿Qué es la psicoterapia?
Entendemos por psicoterapia el arte por medio del cual el psicoterapeuta promueve que el paciente haga conciencia de sus propias vivencias para asimilar los retos que la vida le impone. Las vivencias son tiempo pasado, la conciencia es tiempo presente y la preparación para los retos se orienta –idealmente- para anticipar un mejor futuro. Eso nos lleva a la reflexión sobre la concepción del tiempo en la terapia. Al decidir iniciar un proceso terapéutico con frecuencia pensamos en la duración de la terapia, contamos las horas, los días, las semanas y a veces los años que puede durar un tratamiento. Nos preocupa que el tiempo invertido vaya de acuerdo con el costo de la terapia, pues no dejamos de tener en mente que “el tiempo es oro”. Buscamos terapias que alivien, que sanen, que enseñen a resolver problemas asertivamente y sobre todo, que tengan efectos permanentes. Sin embargo, además del tiempo contable parece haber otro tiempo en la terapia, uno más escurridizo y difícil de captar y que en un momento dado puede definir el rumbo de la misma, o acaso su término. Me refiero al tiempo del “insight”, del “darse cuenta”, del “¡ahá!”. Es aquí en dónde quiero detenerme, en la concepción de este otro tipo de tiempo.

El tiempo en la historia
La noción de tiempo ha estado presente desde el inicio de la civilización humana. Para las culturas primitivas el tiempo era divino y se relacionaba con el movimiento cíclico de la tierra y del orden cósmico. Los primeros sistemas de medición del tiempo, los calendarios, aparecieron junto con la agricultura para enmarcar los cambios estacionales del clima y los ciclos divinos de la naturaleza. Para los griegos el tiempo era un tema que generaba discusión y provocaba crear nuevas teorías. Era entendido como un número para definir el movimiento del antes y el después y calcular el continuo temporal. De ahí surgieron conceptos como finito e infinito, medible e inconmensurable, momento y eternidad. Durante el cristianismo y hacia la edad media, el tiempo perdió su condición divina y subsistió como una percepción subjetiva que se plasmó en el arte: en la presencia inmóvil del arte pictórico; en el orden y ritmo de la música; y en la sucesión literaria de los hechos. Del renacimiento al tiempo presente, con la física, la mecánica y la termodinámica, la medición del tiempo hizo a un lado la percepción subjetiva; la tecnología, la máquina y la entropía se hicieron presentes. La unidad abstracta marcada con precisión y regularidad por los relojes, antes mecánicos hoy digitales, trajo a la sociedad moderna una nueva organización laboral, económica, social y familiar: turnos de trabajo, horarios de comidas, días laborables, días de descanso. Como si el imperativo fuera hacer coincidir de manera sincrónica las necesidades humanas como si fueran una sola. Pronto la ciencia sabrá cuándo se originó el Universo, la fecha exacta del Big Bang, la edad del Sol y en un futuro, anunciará con exactitud, cuando se acabará todo.

Rescate del significado del tiempo
A lo largo de la historia la noción del tiempo perdió su cualidad sagrada como reflejo de lo eterno. Pasó de ser un testigo del orden cósmico y de la permanencia universal, a ser el vigía de un camino que va en una sola dirección: del nacimiento a la muerte. Parte del rescate de la concepción divina del tiempo, como una especie de retorno a lo sagrado, inicia con el Psicoanálisis de Freud en donde es el tiempo de vida, marcado por las etapas de desarrollo del niño, el que define al individuo. El tiempo pasado nos determina y su rescate nos salva, nos cura. Más adelante, la Psicoterapia Gestalt de Perls girará en torno a la revalorización del tiempo presente, el aquí y el ahora, un tiempo difícil de aprehender, en donde conciencia, acción, libertad, responsabilidad y experiencia se suceden a un mismo tiempo. Las Psicologías Existencial y Transpersonal, buscarán recuperar el valor y sentido de la vida teniendo en mente siempre el desenlace del tiempo futuro: la muerte inevitable. De aquí que el tiempo en la psicoterapia se refiera a enfoques teóricos distintos. ¿En dónde centrarnos? ¿Hacia cuál orientarnos?

El mito del Tiempo
¿Cuál es entonces el tiempo qué importa, el tiempo verdadero? La concepción del tiempo no puede ser más significativa que la planteada por la mitología griega, basada en una trilogía divina. Por un lado está Aión, el dios del tiempo absoluto y perfecto representado por la eternidad. Aión no tiene duración, ni principio ni fin, es la totalidad simultánea de todos los tiempos. Se puede identificar con la concepción judeo-cristiana de Dios. Aión es lo eterno que se diferencia de Kronos, lo temporal. Kronos se presenta propiamente como el dios del tiempo con una dimensión medible y limitada. Kronos aparece como una sucesión cronológica y ordenada de datos, números, hechos; es el dios del envejecimiento que lleva al hombre de la mano de la vida hacia la muerte. Es el tiempo que la sociedad moderna trata de ahorrar con tanto ahínco. Finalmente, y sin tener un paralelo con algún concepto occidental actual, está Kairos, un dios menor. Es el tiempo visto como el momento favorable, la oportunidad ideal. Un tiempo que no se puede aprehender, un tiempo irregular. Para los antiguos griegos, Kairos se refería a un intervalo de tiempo relativamente breve, que no es el instante presente y medible del que manan Aión y Kronos, sino el momento adecuado o favorable, que surge de la oportunidad. Es el tiempo de las intenciones y de los fines. Es el tiempo de la actividad humana y de las decisiones.

Kairos
Me interesa rescatar la importancia de Kairos, porque enmarca la cualidad de la libertad humana. Al ser un momento de elección, no se puede relacionar con el azar o la suerte, aunque tampoco es predecible. Kairos es el instante fugitivo que hay que atrapar en el momento para aprovecharlo y requiere que estemos atentos sin bajar la guardia. Es el instante propicio para la acción de lo conveniente, en donde el ser uno mismo, el ser auténtico, puede traer beneficios. Kairos es hijo de Zeus y de Tijé (diosa de la fortuna). Se representa como un joven que sostiene una balanza desequilibrada en la mano izquierda y sus pies son alados, lo que lo hace escurridizo y difícil de atrapar. Kairos, como Hermes el mensajero de los dioses, vuela para unir dos mundos: el del tiempo medible y el de la eternidad en un solo instante. Kairos tiene las siguientes características:
1) Es único, irrepetible y excepcional. Nunca es presente, pertenece al pasado o al futuro. Como no se puede medir, no es racional. Uno nunca se pregunta cuándo es el momento preciso para enamorarse simplemente se enamora. Kairos es el tiempo del amor.
2) No está en el mundo exterior de la naturaleza, ni tampoco al mundo interno del alma, más bien se sitúa entre ambos. Kairos se refiere tanto al tiempo como al espacio cuando son captados en una situación, en un instante.  Como el artista cuando es atrapado por la inspiración. Kairos es el tiempo del arte y la creación.
3) Es el tiempo favorable para la decisión. Se relaciona con la vida práctica, porque hay que saber aprovechar el momento y no dejarlo pasar, ni actuar a destiempo para alcanzar el objetivo perseguido. Un nadador no da su mejor brazada de acuerdo a un plan en su agenda, lo hace porque es oportuno. Kairos es el tiempo del reto.
4) El momento de Kairos no es causal, ni lógico. Con él no se puede hacer ciencia porque no es regular. Nunca se sabe cuando empieza ni cuando termina. La inspiración del místico en oración nunca se anuncia al llegar. Kairos es el tiempo del espíritu, del misticismo y la trascendencia.

El tiempo en la psicoterapia
Volviendo al rescate sagrado del tiempo, desde la óptica de la Psicoterapia Humanista, Kairos parece ser el tiempo preciso para la acción terapéutica, misma que debe manifestarse en el momento exacto para promover en el paciente un instante de “discernimiento”, un “darse cuenta”, que lo lleve al cambio exitoso. Ese es el tiempo que el terapeuta debe buscar en la terapia y olvidarse de Kronos. ¿Cuándo sabemos que estamos frente a Kairos? Eso es algo que no se puede predecir. El terapeuta tiene que observar al paciente y observarse a sí mismo y estar listo para arriesgarse en busca de la oportunidad. Sólo en el espacio terapéutico podemos ser como el lente de la cámara del fotógrafo que busca el momento preciso para captar la imagen que el paciente no puede ver de sí mismo y que le reflejará quién es en verdad en ese preciso instante del tiempo. Sólo en el tiempo de Kairos el terapeuta puede ser empático, auténtico e incondicional, y estar con todo su ser frente al ser del otro en un momento único del tiempo: un momento amoroso, creativo, lleno de retos y de gran misticismo.





BIBLIOGRAFÍA:
BIBLIA. Libro del Eclesiastés.
CEBALLOS HORNERO Alberto. Categorías del análisis temporal en la historia: Chrónos y Kairos, en: www.tesisenxarxa.net/TESIS_UB/AVAILABLE/TDX-0127104-130021//TESISCEBALLOS.pdf
HEIDEGGER, Martín. (1999).  El Concepto del tiempo. Trotta, Madrid.
NÚÑEZ, Amanda. Los pliegues del tiempo: Kronos, Aión y Kairos, en: www.paperback.es/articulos/nunhez
RÍSQUEZ, Fernando. Psiquiatría y Homeopatía. Jain Publishers, La India.
SHINODA, Bolen J. (2006). El Sentido de la enfermedad. Kairos, Barcelona.
SOTO Rivera Rubén. Universidad de Puerto Rico. Tólma-Kairos como el momentum noogenesíaco de la segunda hipóstasis de Plotino, en: www1.uprh.edu/rsoto/sotorive.pdf
WIKIPEDIA, en: wikipedia.org/wiki/Kairos y es.wikipedia.org/wiki/Chronos